quinta-feira, 14 de julho de 2011

Tenemos que aprender a resistir.



Ese es nuestro mensaje de esperanza de fin de año. Tenemos que aprender a resistir. 
Generar micro espacios moleculares de resistencia contra el pensamiento único, contra las mil maneras con que se quiere ahogar las voces que tratan de hablar y de relacionarnos, de vivir, sin quedarnos inmovilizaos en las filas de espera de las diferentes modalidades de exterminio

Las voces unificadas tratan de adormecernos y llevarnos, direccionarnos al exterminio. Sabemos muy poco de la resistencia. Precisamos aprender a resistir. Se resiste entendiendo que la vida es una obra de arte que se reconstruye y se altera permanentemente por medio de una práctica insistente, sin tregua, de nuestros sentimientos, de nuestros vínculos sentimentales.

Para resistir tenemos que aprender a sentir y pensar con los sentimientos No aceptemos la proliferación de los centros de exterminio sin resistir.

No demos ejemplos de tristeza. Para que vean que se puede vivir la alegría, que es el gran escape al exterminio.

La resistencia es una lucha contra un monstruo de muchas cabezas, Los exterminios son centros cada vez más invisibles, pasan inadvertidos. No reparamos en su inexistencia en la fila no nos damos cuenta donde están, ni que vamos para ellos. El consumo de drogas forma parte de un gran complejo de exterminio. Desde el tráfico a todas las formas de violencia que se van tejiendo en la sociedad a consecuencia de la circulación de las drogas, pero ellas no son las únicas modalidades del exterminio masivo.

Son drogas de extermino la esquizofrenia como forma de comunicación, el desamor colectivo, el desamor de la alteridad. Resistir es volver a enamorarnos resistir al desamor con el que enfrentamos la alteridad.

Resistir es empezar a construir las ciudades sensibles. Salir a la vereda, aprender a ser un buen vecino. Comenzamos a resistir si cuando a la mañana salimos de casa y al subir al ascensor decimos buenos días a todos.

Resistir es tomar conciencia de lo poco que nos cuidan, los que están encargados de impulsar la ficción del Estado, del Derecho y de la Democracia ellos solo se preocupan de reprimir, que es una forma cotidiana del exterminio. El modo represor del Estado es el centro de gravedad para garantizar el funcionamiento del Estado de exterminio, que terminó cargándole otro sentido al Estado de Derecho.


Luis A. Warat - 30/12/2009



P.S.:  Que sigamos aprendendo a resistir!

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